4 jun 2010

HISTORIAS INCANDESCENTES-JAIME OCAÑA

El hermano Bosch siempre tan apropiado, nos cuenta al desamor de una fogata, todo el inventario flamigero de las penas del infierno y unos cuantos trucos para librarse del chute de azufre. Armado de un afilado órgano de iglesia en el que interpreta música apocalíptica para invocar a los condenados -o sea, a todos, no hay la más remota posibilidad de fuga- arenga y fabula para compensar la desdichada circunstancia de que no puede domesticar al fuego.
Con la música en vivo del fin del mundo para iluminar la noche de los tiempos, a medio camino entre reirse del miedo y el miedo a reirse.
En todo caso,por risas que no quede.
Bienvenidos al lado oscuro de la luz.

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