los recuerdos que quedaron en la memoria infantil,
sobre la que sellar las sensaciones
que rondan y acosan,
que rondan y acosan,
que duelen y gritan por salir,
la nostalgia de ayer.
Una gran superficie en la que Alberto
pinta a llamaradas con su propio esfuerzo y sudor
para narrar un pasado que no deja de pasar.
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