Voraz y con apetito, el gran fuego devora la madera,
entre brasas se acomoda el barro que espera paciente su calor,
crece despacio hasta convertirse en llamas superpuestas que lo invaden todo,
un espacio delimitado, repleto de fuego furioso,
donde se recortan las siluetas de barro,
donde el elemento más caliente dejará su impronta.
Horno de trincheras de Adolfo Giner.
2 comentarios:
Ole, lalola.
Pero que bien escribes guapetona.
Unir el querer y el saber, es lo que hace crear, y Lola tienes mucho de eso.
Tu también Adolfo, y es que ser de Teruel da fuerza, por aquello de que como somos pocos tenemos que dar más caña para dejar huella de nuestra obra.
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